sincronías





Mientras le llevaba el coñac a Tomás desde la barra, trataba de interpretar aquella casualidad: ¿Cómo es posible que precisamente mientras le lleva el coñac a ese desconocido que le gusta, oiga a Beethoven?
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de san Francisco de Asís.



La insoportable levedad del ser
Milan Kundera


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