¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muerte de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muerte de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se aman y se tocan
una vez mas antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es solo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se aman y se tocan
una vez mas antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es solo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
Julio Cortazar
3 comentarios:
Ud. quiere matarme, con estás letras de Julio, me impregnan de melanco. (se lo dije :)
Le dejo una versión de Baldomero Fernández Moreno :)
Ved en sombras el cuarto, y en el lecho desnudos, sonrosados, rozagantes,el nudo vivo de los dos amantes boca con boca y pecho contra pecho.
Se hace más apretado el nudo estrecho, bailotean los dedos delirantes, suspéndese el aliento unos instantes...
y he aquí el nudo sexual deshecho.
Un desorden de sábanas y almohadas,
dos pálidas cabezas despeinadas,
una suelta palabra indiferente,
un poco de hambre, un poco de tristeza, un infantil deseo de purezay un vago olor cualquiera en el ambiente.
No me rete.
Lo beso.
Disculpe, Porteña. Vaya a saber uno por qué vuelvo sobre este poema.
El de Baldomero va mejor con este día soleao.
No me rete.
Besos
Sin palabras con el poema.
Qué foto tuya le pondrías al poema?
Abrazo
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