nada







salto al vacío
con la estúpida esperanza
de que me nazcan alas
antes de llegar al piso

no hay piso
hay nada


Texto e imagen: G. M.


Objetos perdidos




Photo: G. M.


Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me acechan con sus cantos.
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome,

pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo,
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.

Julio Cortázar

Arquetipos






Las Gorgonas, las Hidras y las Quimeras, las terroríficas leyendas de Celeno y las Arpías, pueden reproducirse en el cerebro de las mentes supersticiosas... pero ya estaban allí desde mucho antes. Son meras transcripciones, tipos; los arquetipos están dentro de nosotros y son eternos. De lo contrario, ¿cómo podría llegar a afectarnos el relato de lo que sabemos a ciencia cierta que es falso? ¿Será que concebimos naturalmente el terror de tales entes en tanto que pueden infligirnos un daño físico? ¡No, ni mucho menos! Esos terrores están ahí de antiguo. Se remontan a antes de que existiese el cuerpo humano... No precisan siquiera de él, pues habrían existido igualmente... El hecho de que el miedo de que tratamos aquí sea puramente espiritual -tan intenso en proporción como sin objeto en la tierra- y que predomine en el período de nuestra inocente infancia, plantea problemas cuya solución puede aportarnos una idea de nuestra condición previa a la venida al mundo o, cuando menos, un atisbo del tenebroso reino de la preexistencia.


Charles Lamb
Witches and Other Night-Fears



Ventanas a lo insólito







Todo fotógrafo convencional confía en que sus instantáneas reflejarán lo mas fielmente posible la escena escogida, su luz y sus personajes y su fondo. A mí me ha ocurrido desear desde siempre lo contrario, que bruscamente la realidad se vea desmentida o enriquecida por la foto, que se deslice en ella el elemento insólito que cambiará una cena de aniversario en una confesión colectiva de odios y de envidias o, todavía mas delirantemente, en un accidente ferroviario o en un concilio papal.


Julio Cortázar
Fragmento de "Ventanas a lo insólito"
Papeles inesperados.




el si del no








Hay algo de nada

en todo esto,

y es mucho

cuando las manos tienen

sed

de hambre

y no hay manos.

Realmente.




Natalia Litvinova, "El si del no", frag.

Imagen: G. M.