Sueño,
destiempo del destiempo del.
El río místico de la infancia eterna.
Árboles blancos con pétalos sonoros.
La luminosidad que prematura y epiléptica
me va pariendo cada noche.
Mi sueño me roza con desnudez.
Ninguna piel alcanza.
Ninguna boca sirve para hablar.
Adentro, la vida se sucede y se deshace.
Pedazos de universos líquidos unen versos
que al despertar son aplastados cuerpos que.
Sueño que te sueño que te sueño qué.
8 comentarios:
El Dr. Frederik van Eeden, uno de los primeros psicoterapeutas, experimentó personalmente el estado del sueño -lúcido-. Basándose en sus propios sueños estableció en 1913 una clasificación de los sueños en 9 categorías. Una observación realizada en uno de sus sueños lo hizo "lúcido". Tenía la impresión de desplazarse flotando, en el aire, por encima de un paisaje de árboles sin hojas. Un hecho le llamó la atención: durante su recorrido aereo las ramas y ramitas de esos árboles se modificaban a sus ojos exactamente tal y como la forma de los objetos parece cambiar en el estado de "vigilia" para un observador que se mueve. Pensó que ese espectáculo no podía ser imaginario, que su imaginación no sería capaz de reproducir una semejante conformidad con las leyes de la perspectiva. Esa reflexión le hizo consciente de que se encontraba en el dominio de los sueños.
Una vez hablamos de ese estado de lucidez en el pasaje del sueño a la vigilia.
Una vez leí acerca de ciertos trucos o comprobaciones para saber si estamos soñando o no.
Que curioso, saber, en el sueño, que estamos soñando.
Gracias por la información, Natalia.
Un beso
PD: gracias por tus letras.
Los cíclopes
sueñan
hacía su otro ojo.
Cíclopa
Y el ojo soñado
es el mismo,
y no.
El sueño es escurridizo. A mi me pasa que cuando estoy a punto de darme cuenta que estoy soñando, pum!, me despierto súbitamente. A veces aliviada, a veces decepcionada.
Saludos Gabriel, luego de una laaaarga ausencia.
Tan escurridizo como la realidad.
El mundo es un casi
Que bueno que volviste, Ananké.
Un abrazo.
Gabriel, tengo también mi sueño, cuando tú effeuilles la luz, estiras el tiempo, y das de los colores el tinte de un sueño con sin embargo tiene instantes de desesperación y un acento de locura que balbucea. Te abrazo sobre los ojos.
Son muy dulces tus palabras, Sylvaine.
Benditos tus ojos.
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