Es pretensión absurda
desentrañar el misterio.
Nadie puede conocer
el origen de la tempestad.
el origen de la tempestad.
Las marcas en la memoria
son apenas turbulencias.
*
No hay hombre capaz de señalar
el motivo de la tormenta
pues en ella todo sucumbió,
comprendidos el bien y el mal.
/delante/ de Guillermo Lema
Photos: G. M.