Corto 1.0








No me dejes solo frente a tí,
no me libres a la desnuda noche,
a la luna filosa de las encrucijadas,
a no ser más que estos labios que te beben.

Quiero ir a ti desde ti misma
con ese movimiento que fustiga tu cuerpo,
lo tiende bajo el viento como un velamen negro.

Quiero llegar a ti desde ti misma,
mirándote desde tu ojos,
besándote con esa boca que me besa.

No puede ser que seamos dos, no puede ser
que seamos
dos.



Julio Cortazar

*




simbiosis




La voz grave es la mía (a veces)
La voz media es la tuya (no siempre)
La mas aguda y arremolinada,
somos los dos,
nuestras vibraciones.





deux







Fuimos tras un sueño
volamos demasiado lejos
Si el sueño se desvanece
no sé cómo volver

*

J. S. B.





Bach aparece inesperadamente,
hasta cuando espero el paso del tren en una barrera.



Dowland & Savall




J. SAVALL · Hespérion XX · "Lachrimae Antiquae" · Dowland ·

Para M. E.

todas las estrellas




Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa;




Funes todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra...





No sé cuantas estrellas veía en el cielo.



De "Funes, el memorioso"
J. L. Borges

birds













“Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra la existencia de Dios.














Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno; pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos pájaros.




Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera.
Ese número entero es inconcebible, ergo, Dios existe.”


J. L. Borges

Canción de otoño



Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.




Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.

Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.

P. Verlaine.

Pintura y traducción: M. Ezcurra

XLVIII




Dos amantes dichosos hacen un solo pan,
una sola gota de luna en la hierba,
dejan andando dos sombras que se reúnen,
dejan un solo sol vacío en una cama.

De todas las verdades escogieron el día:
no se ataron con hilos, sino con un aroma,
y no despedazaron la paz ni las palabras.
la dicha es una torre transparente.

El aire, el vino van con los dos amantes,
la noche les regala sus pétalos dichosos,
tienen derecho a todos los claveles.

Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte,
nacen y mueren muchas veces mientras viven,
tienen la eternidad de la naturaleza.


Pablo Neruda.